Llevando las Parábolas muy Lejos

(Pushing Parables Too Far)

El añadir más significado a la Biblia de lo que Dios quiere decir es un error que los cristianos con frecuencia hacen cuando leen los pasajes que contienen lenguaje metafórico. Un ejemplo clásico de un lenguaje metafórico mal interpretado, lo vemos en la forma en que muchos interpretan las palabras de Pablo “destrucción de fortalezas”:

“Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta” (2 Corintios 10:3-6).

Hay otras versiones de la Biblia que no dicen “destrucción de fortalezas” sino “destruyendo especulaciones” (Biblia de las Américas, por ejemplo). De esta frase metafórica, prácticamente se ha creado toda una teología que defiende la idea de hacer guerra espiritual para destruir fortalezas que consisten en los espíritus malvados de la atmósfera. Pero como dice la nueva versión estándar americana de la Biblia y la Biblia en inglés King James, Pablo está hablando no de espíritus malvados en la atmósfera, sino de fortalezas de creencias falsas que existen en la mente de las personas. Las especulaciones era lo que Pablo estaba destruyendo, no los espíritus malvados en los lugares altos.

Esto se hace más claro cuando leemos contextualmente. Pablo dice, “para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo (énfasis agregado). La batalla de la que Pablo escribe simbólicamente es una batalla en contra de los pensamientos, o ideas contrarias al conocimiento de Dios.

Usando metáforas militares, Pablo explica que estamos en una batalla, una batalla por las mentes de la gente que han creído en las mentiras de Satanás. Nuestra arma principal en esta batalla es la verdad, por la cual se nos ha encomendado ir a todo el mundo y predicar el evangelio, invadiendo el territorio enemigo con un mensaje que puede liberar a los cautivos. Las fortalezas que estamos destruyendo se han construido con ladrillos de mentiras unidos con la mezcla del engaño.