Mito #6

Myth #6

Mito #6: “La guerra espiritual en contra de espíritus territoriales abre las puertas para un evangelismo efectivo”

(Myth #6: “Spiritual warfare against territorial spirits opens the door for effective evangelism.”)
La motivación para muchos cristianos que están fuertemente involucrados en guerra espiritual en contra de espíritus territoriales es su deseo de ver el reino de Dios extenderse. Para esto han sido llamados. Todo cristiano debe anhelar ver más personas libres de las garras de Satanás.

Sin embargo, es importante que usemos los métodos de Dios para extender el reino de Dios. Dios sabe lo que sí funciona y lo que es una pérdida de tiempo. Dios nos ha dicho exactamente cuáles son nuestras responsabilidades para la expansión de su reino. El pensar que nosotros podemos hacer algo que no está fundamentado en la Escritura para multiplicar la efectividad del evangelismo, algo que ni Jesús, ni Pedro, ni Pablo practicaron en su ministerio, es una pérdida de tiempo. ¿Por qué muchos cristianos piensan que la guerra espiritual puede abrir las puertas para un evangelismo efectivo? Generalmente razonan de la siguiente manera: “Satanás ha cegado las mentes de los no convertidos. Por lo tanto debemos hacer guerra espiritual en contra de Satanás para que deje de cegarlos. Una vez que se retiren los engañadores, más gente creerá en el evangelio”. ¿Es esto cierto?

Ciertamente no hay duda que Satanás ha cegado las mentes de la gente no salva. Pablo escribe:

“pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto, esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2Corintios 4:3-4).

La pregunta es, ¿dio Pablo esta información a los corintios con la intención de motivarlos a hacer guerra espiritual y derribar espíritus territoriales para que así la gente no salva sea más receptiva?

La respuesta es No. Por muchas razones obvias.

Primero, debido a que Pablo no dijo, “por lo tanto corintios, debido a que Satanás ha cegado la mente de los no convertidos, quiero que hagan guerra espiritual y que derriben espíritus territoriales y así los engañadores serán removidos”. Al contrario, lo que él mencionó inmediatamente fue su anuncio sobre Cristo, que es la forma en que se remueve la ceguera espiritual.

Segundo, en ninguna de sus cartas Pablo instruye a los creyentes a involucrarse en el acto de derribar fortalezas sobre las ciudades para que el evangelismo aumente.

Tercero, sabemos al leer todas las cartas de Pablo que el hecho de que Satanás cegaba a los incrédulos no era la razón más importante del porqué los incrédulos permanecían sin creer. El que Satanás pueda cegar es tan sólo un factor que contribuye, pero no es el factor más importante. El factor principal que mantiene a la gente sin creer es la dureza de sus corazones. Esto se hace obvio por la simple razón de que Satanás no puede mantener a nadie cegado. Algunos al escuchar la verdad, la creen, y por esto rechazan cualquier mentira que antes creían. No es tanto que la ceguera que Satanás causa provoque incredulidad, sino que el hecho de que no creen le permite a Satanás cegarlos.