Pero, ¿No Dijo Jesús que “Atáramos al Hombre Fuerte”?

(But Didn't Jesus Instruct Us to "Bind the Strong Man"?)

Tres veces en los evangelios podemos encontrar las palabras de Jesús, “atando al hombre fuerte”. Sin embargo, en ninguno de esos casos Jesús dijo que “atar al hombre fuerte” era algo que sus seguidores debían practicar. Examinemos exactamente lo que Jesús dijo, y leámoslo contextualmente:

“Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Belcebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y habiéndolos llamado, les hablaba en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está divido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. Y si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado a su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no lo ata; solamente así podrá saquear su casa. De cierto os digo que todos los pecados y las blasfemias, cualquiera que sean, les serán perdonados a los hijos de los hombres; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Es que ellos habían dicho: tiene espíritu impuro” (Marcos 3:22-30, énfasis agregado).

Note que Jesús no le enseñaba a sus seguidores a atar al hombre fuerte. Al contrario, Él estaba respondiendo a la crítica de los escribas de Jerusalén con lógica inexpugnable y una clara metáfora.

Ellos lo acusaban de echar fuera demonios usando poder demoníaco. Él respondió que Satanás sería tonto si trabajara en contra de sí mismo. Nadie inteligentemente puede oponerse a esto.

¿Si no fue el poder de Satanás lo que Jesús usó para sacar fuera demonios, entonces cual poder usó? Tenía que ser un poder más fuerte que el de Satanás. Tenía que ser el poder de Dios, el poder del Espíritu Santo. Por esto Jesús habló metafóricamente de Satanás, comparándolo con un hombre fuerte que guarda sus posesiones. El único capaz de tomar las posesiones del hombre fuerte tenía que ser alguien más poderoso, esto es Jesús mismo. Esta era la explicación verdadera de cómo Jesús sacaba demonios.

Este pasaje que menciona al hombre fuerte, como lo hacen pasajes similares en Mateo y Lucas, no justifica la teoría de que tenemos que “atar a los hombres fuertes” en las ciudades. Además, cuando examinamos el resto del Nuevo Testamento, no encontramos ejemplos de nadie “atando a hombres fuertes” en las ciudades, o instrucciones para que alguien lo hiciera. Podemos concluir con certeza que no es bíblico para ningún cristiano intentar atar o quitar el poder a un supuesto espíritu maligno conocido como “hombre fuerte” sobre una ciudad o un área geográfica.