El Crecimiento de la Iglesia

(Church Growth)

Así que, tú eres un pastor y quieres que tu iglesia crezca. Este es un deseo muy común entre los pastores. Pero, ¿por qué quieres que tu iglesia crezca? ¿Cual es la razón real que habita en tu corazón?

¿Quieres que tu iglesia crezca para así sentir que has triunfado? ¿Quieres sentirte respetado y ser un hombre de influencia?, ¿Quieres irradiar poder sobre la gente? ¿Esperas ganar riquezas con esto? Todas estas son razones erróneas para querer que tu iglesia crezca.

Si tú quieres que tu iglesia crezca para que Dios sea glorificado cuando el Espíritu Santo transforme más vidas, entonces está bien, pues esa sí es la razón correcta para desear el crecimiento de una iglesia.

Es posible que nos engañemos a nosotros mismos, al pensar que nuestros motivos son puros, cuando realmente son egoístas.

¿Cómo podemos conocer nuestros verdaderos motivos? ¿Cómo podemos saber si verdaderamente queremos construir el Reino de Dios o nuestro propio reino?

Una forma es el monitorear nuestras reacciones interiores hacia el éxito de otros pastores. Si pensamos que nuestros motivos son puros, si en verdad pensamos que sinceramente queremos que el Reino de Dios y su iglesia crezcan, pero descubrimos un poco de envidia y celos en nuestros corazones cuando oímos del crecimiento de otra iglesia, esto revela que nuestros motivos no son tan puros. Esto demuestra que realmente no estamos interesados en el crecimiento de la iglesia, sino en nuestro propio crecimiento en la iglesia. ¿Y por qué se da esto? Porque nuestros motivos son por lo menos en parte egoístas.

También podemos conocer la intención de nuestros motivos si analizamos nuestras reacciones interiores al escuchar que una nueva iglesia se está levantando en nuestra área. Si nos sentimos amenazados, esta es una señal de que estamos más preocupados por nuestro reino que por el Reino de Dios.

Aún los pastores de las grandes iglesias en crecimiento pueden conocer sus motivos de esta misma manera.

Estos pastores pueden hacerse preguntas como: “¿Consideraría el promover nuevas iglesias con líderes formados y gente de mi congregación para empezar esta nueva iglesia si el resultado es que mi iglesia se haga más pequeña?”. El pastor que se resiste a esta idea está construyendo su propia iglesia para su propia gloria. (Por otro lado, un pastor de una gran iglesia puede plantar iglesias pequeñas para su propia gloria, pues así podrá enorgullecerse de cuantas iglesias han nacido de la suya.) Otra pregunta que él se haría sería: “¿Me asocio con pastores de iglesias pequeñas o me distancio de ellos porque me siento superior?” o, “¿Estaría yo dispuesto a pastorear sólo de doce a veinte personas en una iglesia en la casa, o esto sería muy difícil para mi ego?”[1]


[1] Aquí hay otra ventaja de la iglesia en la casa: Los pastores no están obligados a tener grandes congregaciones por las razones erróneas, porque el tamaño de la congregación estará limitado por el tamaño de la casa.