El Inminente Retorno de Jesús en las Epístolas

(Jesus' Imminent Return in the Epistles)

Los apóstoles que escribieron las cartas del Nuevo testamento, ciertamente afirmaron su creencia de que Jesús retornaría en algún momento de sus vidas en el primer siglo. Por ejemplo, Santiago escribió:

“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia y afirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca” (Santiago 5:7-8, énfasis agregado).

No tendría que haber existido ninguna razón para que Santiago amonestara a sus lectores y les dijera que tenían que ser pacientes por algo que tal vez no pasaría en su tiempo de vida. Sin embargo, él creía que la venida del Señor estaba cerca. Contextualmente Santiago escribió acerca de un tiempo en que la iglesia sufriría persecución (ver Santiago 1:2-4), un tiempo en que los creyentes naturalmente estarían esperando la venida del Señor.

De la misma manera, Pablo ciertamente creyó que Jesús regresaría durante el periodo de vida de muchos de sus contemporáneos:

“Tampoco, queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron con él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:13- 18, énfasis agregado).[1]

De esto aprendemos que cuando Jesús regrese del cielo, los cuerpos de los creyentes que durmieron resucitarán con Él, junto con los creyentes que estén vivos en el tiempo de su venida que serán “arrebatados para recibir al Señor en el aire” (el rapto). Debido a que Pablo también dijo que Jesús traería con Él del cielo a aquellos que habían muerto “en Él”, podemos concluir que en el rapto, los espíritus de los creyentes que están en el cielo se unirán a los cuerpos resucitados.

Pedro también creyó que la venida de Jesús era inminente en el tiempo en que él escribió su primera epístola:

º”Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado…. El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios y velad en oración… Al contrario, gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 Pedro 1:13, 4:7, 13, énfasis agregado).[2]

Finalmente, cuando Juan escribe sus cartas a las iglesias, él también creía que el fin estaba cerca y que sus lectores de ese tiempo verían el retorno de Jesús:

“Hijitos, ya es el último tiempo. Según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conoceremos que es el último tiempo… ahora, hijitos permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de Él avergonzados…amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal como Él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro.” (1 Juan 2:18, 28; 3:2-3, énfasis agregado).


[1] Algunas otras escrituras que muestran la creencia de Pablo del posible retorno de Jesús durante la vida de sus contemporáneos son Filipenses 3:20; 1 Tesalonicenses 3:13; 5:23; 2 Tesalonicenses 2:1-5; 1 Timoteo 6:14-15; Tito 2:11-13; Hebreos 9:28.

[2] Otras escrituras que indican que Pedro estaba convencido de que Jesús regresaría en su tiempo son 2 Pedro 1:15-19; 3:3-15.